jueves, abril 03, 2025

Fair Game (1986)


 Una joven mujer vive sola en un lugar apartado en el llamado Outback de Australia, manteniendo un hábitat sostenible a modo de reserva natural, con espacio para distintas especies animales de la región. El poblado más cercano apenas tiene algunos habitantes, y la autoridad se muestra incompetente. Hasta este remoto lugar llega una banda de tres forajidos. Ella se cruza con sus vehículos en la carretera, dando inicio a un acoso incesante que la alcanza hasta los límites de su propiedad. Con el transcurrir de los días, los ataques llegan a niveles de violencia extrema, con agresión física y la destrucción de todo su entorno. Abandonada y en desamparo, pero en el extremo de la ira, nuestra protagonista decide llevar a cabo su venganza de forma implacable.

Para el año 1986 el cine de acción ya había conocido el éxito de un nuevo tipo de relato. Desde Australia, el director George Miller conquistó el mundo con su saga de películas más famosa y emblemática del llamado cine postapocaliptico, es decir la saga "Mad Max". El paisaje australiano ya era conocido por el cinéfilo empedernido en toda su aridez e inclemencia, con todas las posibilidades que ello configura para la acción y violencia más descarnada. Conocedor de esto, pero sin entrar plenamente dentro de este subgenero donde Miller es sin duda el mejor, el director de cine australiano Mario Andreacchio, de larga carrera televisiva, toma el guion del escritor Rob George y dirige la versión fílmica de esta sencilla historia de supervivencia, nutrida de acción imparable.

No hay mucho que comentar sobre la historia, ya que es un relato de formula con la estructura del subgenero conocido como "rape and revenge", pero sin llegar a ese nivel de violencia, ni en términos visuales ni en el relato, aunque la película si incluye dos destapes de la protagonista, lo que le dio la calificación "R" en su estreno. Se trata de un film dotado de elementos visuales arrolladores, propios del cine de acción ochentero, y mejor aprovechados con el fantástico paisaje que bien sabe ofrecer el cine de acción australiano. No hay mayor trabajo argumental cuando se tiene una protagonista y tres enemigos despreciables, involucrados en situaciones donde cada decisión tomada puede ser más disparatada que la anterior, pero, eso sí, sin dar respiro al espectador en su metraje de poco menos de hora y media de duración.

Entretenimiento bizarro, si se comprende la sencillez argumental de la propuesta que no aprueba una evaluación exigente. Sólo el personaje protagonista, la joven y sufrida naturalista, mantiene una dignidad que nos puede importar de principio a fin, principalmente por el trabajo de la actriz Cassandra Delaney, un bello rostro que tuvo una corta trayectoria con escasos títulos, siendo el último de ellos el film de acción "Huracán Smith", del año 1992, acompañando en sus aventuras al actor Carl Weathers. Su personaje es Jessica, una mujer dedicada a la preservación de la naturaleza en aquel lugar remoto, con habilidad para la atención y cuidado de los distintos animales que se encuentran a su cargo, resultando muy destacable la empatía que demuestra con cada uno de ellos. Por su parte, el elenco masculino que conforma la banda de delincuentes cumple su rol caricaturesco: como villanos de turno despreciables, algo habitual en los filmes de venganza que nutren los catálogos de serie B.

De todos modos, el punto más destacable de "Fair game", me atrevo a decir, se encuentra en la eficaz dirección del señor Andreacchio, narrando esta historia lo mejor posible, colocando bien su cámara y filmando las secuencias de acción muy acertadamente, y aprovechando el paisaje a su disposición en forma satisfactoria, todo ello con una cinematografía bastante competente. A quienes nos encanta las propuestas fílmicas de directores como Russell Mulcahy, Brian Trenchard-Smith, o del mismo George Miller, salvando las distancias, estamos aquí con una obra que visualmente resulta digna, como aventura de evasión sin mayores pretensiones.

 Una película que sin duda se muestra deudora de distintas obras de los directores citados, que no aporta mayor narrativa en su relato donde los diálogos son escasos, pero que cumple eficazmente en su cometido. Quentin Tarantino ha declarado ser muy admirador de esta película, y se nota a gritos el homenaje que pretende hacerle en su film "Death proof", con sus secuencias de acción en la carretera. Aunque el resultado, en mi opinión, no supera el nivel de tensión, ni la intensidad que se logra en esta pequeña cinta, olvidada por muchos, pero recuperada por ese sector de fanáticos del llamado cine de culto.



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