lunes, julio 02, 2007

La casa de los 1000 cadaveres (2003)

En la víspera de Halloween del año 1977, un grupo de jóvenes sufre un contratiempo en la carretera, por lo que buscan ayuda en un lugar llamado "Museo de monstruos y descerebrados". El extraño sujeto conocido como el Capitán Spaulding, un tío regordete y con grotesco maquillaje de payaso, es quien está a cargo del lugar. Los visitantes se sienten atraídos por la rareza de objetos que allí se encuentran, y solicitan al Capitán que los conduzca por el lugar en un bizarro tour. Además, tras sentirse atraídos por la leyenda del Doctor Satán, relato vinculado a aquella región, piden la localización del lugar donde supuestamente ocurrió su última aparición. Spaulding les indica una dirección a la cual los incautos viajeros acuden. En aquella casa dará inicio una noche aterradora: la familia Firefly los recibirá con los brazos abiertos.

Pude ver ésta película en la pantalla grande en su breve paso por nuestra cartelera. Recuerdo que al inicio la sala estaba llena de curiosos. Una vez que la película empezó, se soltó el extraño espectáculo, y a la media hora, la cuarta parte de los asistentes se había retirado de la sala. Demasiada rareza para un público conservador, y poco comprensible para cinéfilos de fin de semana. Esta película no se la traga cualquiera, y no me refiero a que sea demasiado fuerte, aunque tiene horror del duro, sino que su propuesta visual no es precisamente atractiva según los cánones a los que nos hemos acostumbrado tras tanto bodrio que es presentado como "cine de terror". "La casa de los 1000 cadáveres" es una joya como pocas.

El músico y director de cine Rob Zombie realiza aquí en su primera película un homenaje al cine de horror del cual es admirador. La película resulta un pequeño compendio de referencias a varios clásicos: desde "2000 maniacos", a la cual hay alusión discreta en el título y en su tono bufonesco y delirante que vemos en el personaje del Capitán Spaulding, a cargo del actor Sid Haig, pasando luego por "La matanza de Texas", "La última casa a la izquierda", etc., todo ello matizado con la estética del videoclip que caracteriza el trabajo de Rob Zombie, quien como músico de rock fue director de sus propios videos para la MTV, en su etapa solista y al lado de su grupo "White Zombie"; estas realizaciones guardan relación con el cine de horror clásico. De éste modo, se pueden apreciar muchas imágenes bizarras, flashbacks grotescos, chirriantes y que destacan lo perverso que hay en la mente de este grupo de asesinos conocidos como la familia Firefly, conformada por Mamá Firefly, que es la actriz Karen Black, figura dentro del género, Jerry, el actor Chris Hardwick, la bella Baby, papel a cargo de Sheri Moon Zombie, esposa del director, y a la cabeza de la pandilla Otis, encarnado por Bill Moseley, recordado por su trabajo en "La matanza de Texas 2".

Debemos reconocer que la historia contada no renueva en absoluto el cine de horror, por el contrario, depende mucho del pasado y puede producir el efecto en el espectador de "cosa ya vista". La estructura de la historia sigue las pautas de aquellos clásicos a los que referencia, por poner un ejemplo, la escena de la máscara que confecciona Otis con el rostro de una de las víctimas, que haría reclamar a Leatherface. Sin embargo, el tratamiento visual de Zombie permite aceptar esta nueva propuesta con nueva envoltura y muy vistosa.

De este modo, se suceden en la pantalla varias escenas enfermizas y personajes de presencia monstruosa. Ni la belleza y voluptuosidad de Sheri Moon Zombie evitan que la identifiquemos como otra de aquellas mentes retorcidas. A pesar de su diversidad de referencias, Rob Zombie logra componer una cinta de horror efectiva en este nuevo milenio.

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