viernes, junio 06, 2025

Pánico al amanecer - Wake in fright (1971)


John Grant, un sobrio maestro de escuela, decide trasladarse por vacaciones desde su pequeño poblado en el Outback australiano hacia Sydney, la gran ciudad. En su camino hace un alto en el poblado de Bundanyabba, según su plan sólo por una noche. Sin embargo, aquí encuentra una serie de extraños y estrambóticos personajes, y pronto se hallará inmerso en intensas y delirantes situaciones de las cuales debe huir antes de que su vida cambie para siempre.

Alabada por la crítica, convertida en película de culto, no sólo por la legión de admiradores que ha ganado con el paso del tiempo sino también por la condición de película ignota que mantuvo durante años, cuando no había copias disponibles al haberse extraviado los rollos de la cinta original, "Wake in fright" es todo un caso especial dentro de la historia del cine australiano.  Solamente una paciente búsqueda logró recuperar el material original recién en el año 2004, es decir 33 años después. Las actuales técnicas de remasterización han permitido que esta obra del director canadiense Ted Kotcheff, el mismo director de "Rambo, primera sangre", vuelva a estar disponible para el deleite del público amante del buen cine.

La película fue nominada a la Palma de Oro del Festival de Cannes del año 1971, junto a "Walkabout" del director Nicolas Roeg, otra película ambientada en el Outback de Australia. Con ambas distinciones se reconocía el valor de la llamada "Nuevo Ola Australiana", una tendencia que se prolongó durante aquella década y la siguiente, donde se prolonga del drama hacia el espectáculo más explosivo como es la saga "Mad Max".

"Wake in fright", una historia basada en la novela del mismo título, del escritor australiano Kenneth Cook, nos cuenta la intensa experiencia de un hombre atrapado en un poblado al interior de Australia el cual se halla sumergido en su propia realidad. Hasta aquí llega el maestro de escuela John Grant, un joven de sobria apariencia y elegancia, el cual poco a poco se ve inmerso en este extraño hábitat, con una urbanidad de reglas muy especiales, no escritas pero muy significativas para sus habitantes. Un lugar donde la entrega a los placeres y diversiones no se ven afectados por la soledad, la vejez, la falta de recursos o de condiciones mínimas de subsistencia; todo acto parece proveerse por sí mismo sin ninguna preocupación. La razón de tal plenitud y hartazgo se halla en el increíble consumo de alcohol en el cual se sumergen todos sus habitantes cada noche. El resultado es una contagiante camaradería hacia propios y extraños, surgiendo así una extraña atracción hacia sus hábitos y actividades, en los que se incluye un juego de apuestas de lo más cautivante, casi un ritual por la expectación que produce en sus participantes.

A partir de aquí, de la primera noche de John Grant y su inmediato infortunio, van apareciendo en escena una serie de personajes, cada cual más pintoresco, que logran proyectar una singular simpatía hacia el joven protagonista; cada suceso se ve encadenado uno tras otro, afectando en forma progresiva su templanza, revelando una serie de aspectos tanto al público como al propio protagonista. Por resultado tenemos un viaje de descubrimiento personal hacia los íntimos secretos de un hombre, desmoronando su actitud hasta alcanzar grados de locura, como producto de la extraña cordialidad de estos personajes hacia el visitante, en especial de un exmédico, interpretado por el gran actor Donald Pleasence, quien hace un trabajo magistral en este film.

Cada personaje, incluso el más pequeño en cuanto a participación, cumple con entregar el retrato de una cultura urbana excepcional en pleno siglo veinte. Nunca había visto una recepcionista de hospedaje como la que se aprecia en este film, ni un médico retirado como aquí vemos, que vive en condiciones muy precarias pero feliz con sus nuevas costumbres. Cada personaje en escena resulta memorable por su detallada descripción y la manera en que ellos interactúan, en un progresivo descenso hacia la locura más intensa, cuya agresividad estalla contra la naturaleza que los rodea, en total libertad y sin juzgamiento alguno.

La película está dirigida de manera excepcional por Ted Kocheff, con un elenco formidable de actuaciones sobresalientes, donde destaca su protagonista, el actor Gary Bond, actor de gran presencia en escena que me recuerda a un joven Peter O´Toole, y es llamativo que no se haya convertido en estrella de cine por su gran desempeño. Dedicado principalmente a la televisión y al teatro, falleció bastante joven en el año 1995.

"Wake in fright" también cobra gran fuerza en sus paisajes exteriores. La fotografía a cargo de Brian West captura el marco adecuado donde se plasma el clima abrasador y la naturaleza salvaje del llamado Outback australiano, el interior alejado de las grandes ciudades. Recorridos solitarios, carreras de vehículos en cacería salvaje, todo se aprecia con un detalle esplendido muy agresivo, muy revelador de las condiciones en las cuales se desarrolla la vida de estos personajes. Asimismo, la música a cargo de John Scott resulta excelente en su ejecución.

Un film realmente notable que tiene bien ganado su estatus de película de culto, cuya reivindicación en el siglo XXI es bien merecida.


viernes, mayo 23, 2025

A sangre fria - The way of the gun (2000)

 


Dos aventureros, en el peor sentido de la palabra, deciden realizar el mayor golpe de sus vidas con el fin de asegurar un maravilloso porvenir. Esto es: secuestrar a una mujer que cumple la labor de vientre de alquiler del hijo de un millonario. Para su mala suerte, el millonario en cuestión es un líder de la mafia que no va a escatimar esfuerzos en recuperar a su hijo a costa de disparos y sangre. Al parecer, los planes nunca salen como uno desea.

Mayo del año 2025. Resuena en redes el nombre de una estrella de Hollywood, con motivo de su más reciente estreno en salas de cine. Es la última entrega de la saga de peliculas de acción más exitosa de los últimos treinta años. Si, es Tom Cruise. Pero, en las recientes apariciones públicas de la estrella hay alguien a su lado, un señor muy reconocido, no por el público en general, sino por los críticos y especialistas, y también por los fanáticos más exigentes del mejor cine espectacular que se está realizando actualmente.

Christopher McQuarry brilla por primera vez en Hollywood en el año 1995, cuando logra ser reconocido como el guionista ganador del Oscar por la pelicula "Los sospechosos comunes", dirigida por el realizador Bryan Singer. Aquí empieza una colaboración con este director que le toma varios años, nuevamente en labores de escritura. Tuvo parte en el guión del primer film de los "X-Men", aunque esto sin acreditarse, luego en la pelicula "Operación Valkiria" y posteriormente en "Jack el cazagigantes". 

Fue en el año 2000 cuando McQuarry da inicio a su carrera como director con una historia que él mismo escribe, y que titula "The way of the gun". No fue un gran exito de taquilla, pero logra demostrar que su trabajo en la realización de películas resulta muy prometedor, y en un modo muy particular. Tras su guion en "Operación Valkiria", el director inicia sus labores con el astro del cine Tom Cruise en la película "Jack Reacher" y posteriormente en la quinta entrega de la saga de acción y espionaje "Mision Imposible", donde toma las riendas de la franquicia y la culmina en su octava entrega, a modo de un largo episodio que ha durado cuatro peliculas, por la relación que guardan estas historias, un punto y aparte de todo lo visto anteriormente.

"The way of the gun" es sin duda una pelicula muy especial. Una historia muy deudora de la gran novela negra norteamericana, de autores como Dashiell Hammett, Jim Thompson o Elmore Leonard, donde el protagonismo corresponde a personajes de dudosa condicion, inescrupulosos y aventureros en su modo de enfrentar la vida, fuera de los límites de la moralidad y del sistema establecido, cuyo destino les puede resultar muy adverso. En este caso, tenemos a dos buscavidas que hacen dinero donando de su cuerpo todo lo que pueden a hospitales y centros de servicios. Esto, hasta que se enteran a traves de la televisión de la existencia de una familia rica que ha contratado los servicios de un vientre de alquiler para su primer hijo. La codicia les abruma, y deciden llevar a cabo el secuestro de la mujer que carga con el bebé varios meses y está a punto de dar a luz. Con ella en su poder, solicitarán un millonario rescate con el cual emprenderán la huida hacia un mejor destino. Parece un plan sencillo, pero no, todo se va a complicar de la peor manera.

Lo que en manos de otro director podría resultar una historia violenta y punto, en las manos de Christopher McQuarry este relato gana mucho en su desarrollo, que va de lo pausado y detallista, muy sobrio y contemplativo, logra varias notas de suspenso en forma muy acertada, y muestra la violencia en su debido momento, y sin ningún reparo. Los interiores, los paisajes exteriores, la música, la iluminación, todo se conjuga muy eficientemente para lograr una experiencia de la Norteamérica más sórdida y violenta que se escabulle fuera de las grandes ciudades.

Cabe destacar la gran dirección de actores y por supuesto, el notable trabajo de su elenco, encabezado por el notable actor Benicio del Toro, ganador del premio Oscar por la cinta "Traffic", y que en esta película hace una interpretación excelente con su sola presencia y sin demasiado dialogo. Es un sujeto taciturno, frio, calculador, y que enfrenta las situaciones asumiendo las consecuencias. Un gran trabajo el que realiza este actor. Junto a él tenemos a Ryan Phillippe, quien antes fuera un destacado actor juvenil en cintas de intriga y suspenso como "Cruel intentions" o "Se lo que hicieron el verano pasado", y que en esta película empieza a asumir roles más variados, en una carrera bastante interesante, que incluye títulos como "Crash", película ganadora del Oscar, "Gosford Park" de Robert Altman o "La conquista del honor" de Clint Eastwood.

Junto a esta dupla protagonista tenemos a la destacada actriz Juliette Lewis, quien realiza un muy buen trabajo como la sufrida víctima del secuestro, no por maltrato sino por los propios dolores del embarazo. La cuarta gran figura de la película es sin duda el recordado actor James Caan, notable figura donde aparezca, gran presencia que enfrenta al personaje de Benicio del Toro, siendo su encuentro el gran climax de la película, muy a su manera.

"The way of the gun" es una cinta absolutamente recomendable, una gran experiencia que pude ver en cine, en video alquilado muchas veces y que actualmente está disponible en servicios de streaming. Sólo queda esperarla en versión 4K. Es una película que no debe quedar en el olvido.

miércoles, mayo 14, 2025

Pecadores - Sinners (2025)

 


Es el año 2025 y es sábado por la tarde de mayo. Por suerte, aun pude encontrar una sala de cine donde se exhibe esta obra maestra del cine actual llamada “Pecadores” del director norteamericano Ryan Coogler, uno de los más interesantes y personales realizadores de este nuevo milenio, junto a grandes como Oren Peel, Oz Perkins, Ari Aster, y otros tantos cineastas que demuestran un profundo afecto al cine de género de toda la vida, donde fantasmas, demonios, extraterrestres, sectas y otras pesadillas, irónicamente, nos alegran la vida dentro de fascinantes largometrajes. Obviamente, no podía faltar el regreso de uno de nuestros monstruos favoritos, como es el rey de la noche, el temible vampiro.

Sin embargo, en el caso de Coogler hay que ser más precisos al señalar que su labor ha recorrido distintos géneros, como son el drama, la acción y el fantástico cine de super héroes, entregando en este último rubro dos de las mejores películas Marvel que se hayan realizado, siendo estas “Pantera Negra” y “Wakanda Forever”.

Coogler es un realizador muy dedicado y cuidadoso en las puestas en escena, preocupado siempre por dotar al detalle de un magnífico acabado. Asimismo, suele rodearse de actores muy solventes, lo que puede incluir elencos numerosos donde queda demostrado su notable manejo en la dirección. Asimismo, el director es reconocido como un excelente guionista en cada una de sus realizaciones.

El más reciente trabajo de Ryan Coogler es una cinta completamente desafiante en muchos aspectos. La película es un relato de época magníficamente realizado, y asimismo, aborda uno de los terrores fantásticos más emblemáticos del séptimo arte desde que existe como tal, y lo hace con toda la seriedad y cuidado posible a la hora de narrar su extraña fábula, escrita por él mismo, lo que hace de esta obra su trabajo más personal realizado a la fecha. No solo hay drama y horror, sino que al mismo tiempo se trata de un maravilloso homenaje a la música blues de principios del siglo veinte; hermosas melodías de este género resuenan en todo el metraje, y tienen un papel fundamental, o, mejor dicho, componen el principal argumento de esta historia.

Precisamente, el blues es la música que refleja la marginación, el sufrimiento y también la alegría de la población negra, algo que se aprecia en todo el relato desarrollado como fiel reflejo de aquellos años, en los cuales estos personajes enfrentan la adversidad de la sociedad norteamericana de los años treinta, marcada por el odio racial y la discriminación institucionalizada. Coogler muestra esto sin reparos, denunciando esta situación en la que se encuentran sus protagonistas y las condiciones adversas que sufren día a día. La marginación es la salida que muchos de ellos encuentran, mientras que otros asumen una lucha encarnizada por sobrevivir. En ninguno de los casos sus vidas están libres de pecados. De ahí el gran título de la película.

El director propone una primera parte para desarrollar a cada uno de los personajes involucrados, desde el joven protagonista, a cargo del actor Miles Caton, los dos hermanos gemelos aventureros, interpretados magistralmente en doble papel por el actor Michael B. Jordan, el elenco femenino y todos los secundarios acompañantes, entre los que destacan la actriz Tenaj Jackson y el gran actor Delroy Lindo, todos ellos, en lo posible del metraje, tienen una gran o pequeña historia que contar, sean nobles, desenfadadas o gamberras, y todas ellas no hacen más que enriquecer la totalidad del relato que se nos propone. Hay diálogos que resultan inolvidables y frases que describen de una pieza al personaje, pero, a su vez, mucho de lo que se nos cuenta se hace con pequeñas situaciones, o escenas inolvidables, como la presentación del personaje que encarna la actriz Hailee Steinfeld.

El segundo acto es sin duda la apoteosis del cine de Ryan Coogler. La película despliega toda su maravillosa visión en un solo escenario enclavado en un paraje rural nocturno. Es allí donde todos estos personajes, llenos de ansias y deseos, esperan resolver sus vidas en esta única noche. Pero, lo que llega hasta su puerta es algo que supera largamente cualquier dificultad que pudieran haber previsto. El actor Jack O’Conell, muy convincentemente, lidera un trio de personajes salidos de las peores pesadillas. A partir de aquí todo es una situación límite que se desarrolla con total desparpajo: sangre, vísceras, bizarría, todo con un magnífico trabajo de cámaras, iluminación, colores, sonidos, música, maquillaje y efectos visuales artesanales de toda la vida. Y, por supuesto, un excelente trabajo de actuación por parte de todo el elenco, lo que convierte a esta película en un nuevo clásico del mejor cine de género realizado.

El director ya ha declarado cuales han sido sus principales fuentes de inspiración para el relato que nos presenta en este filme, los cuales son bastante evidentes. Pero sin duda, su visión artística es lo que prevalece; su homenaje a la música blues de los años treinta en medio de un relato que combina drama y terror, todo ello realizado con su amplia capacidad cinematográfica, es lo que eleva esta obra por encima de sus referentes de manera indudable.

La película nos deja la sensación de haber vivido una tremenda experiencia, algo que ocurre cada vez que se aprecia una gran obra que convierte un sencillo día en un día inolvidable.

martes, mayo 06, 2025

Metalstorm: la destrucción de Jared Syn (1983)


En una lejana galaxia, el buscador Dogen, un aventurero intergalactico, sigue la pista de un criminal llamado Jared Syn hasta el remoto planeta Lemuria. Su busqueda involucra a dos nativos de ese mundo, una joven de nombre Dhyana y un cazafortunas llamado Rhodes. Jared Syn y sus secuaces se han apoderado del planeta, y se enfrentarán a ellos para conseguir el arma definitiva que se oculta en las entrañas de este mundo.

Tenemos que hablar sobre Charles Band.

Productor, guionista y director, hijo del también productor y director de cine Albert Band, y hermano del musico Richard Band.

Charles Band y sus compañías Charles Band Productions, Empire Pictures y luego con Full Moon Features, fueron en gran medida los animadores de la movida del terror de videoclub durante los años ochenta y parte de los años noventa. La cantidad de producciones realizadas resulta impresionante, e incluyen películas de las cuales buena parte se han convertido en obras de culto. Gracias a su labor de productor existen titulos como "Re-animator", "From beyond", "Tourist trap", "Puppet master", "Troll", "Terrorvision", "Subspecies" y muchos titulos más.

Por otro lado, demostrando su compromiso con el séptimo arte, Charles Band demuestra una prolífica carrera como director, que incluye una larga lista de películas, muchas de ellas aun recordables. Y otras quizás no tanto. Dentro de este último grupo se puede incluir una obra algo olvidada, pero que, de todas maneras, ha mantenido un público fiel, dicho esto en vista de su recuperación en el mercado doméstico en diversos formatos, algo que puede no ocurrirles a muchas obras de aquellos años, quedando así en completo abandono, sea esto merecido o no.  Hay muchos casos de películas que en su momento fueron un éxito singular y que a la fecha todavía no han sido recuperadas en formatos actuales, quedando en ediciones de VHS o de DVD de principios de siglo. Ese es un tema que se podría revisar luego.

Pero no ha ocurrido esto con "Metalstorm", una pelicula dirigida por Charles Band, esta vez bajo la producción de Albert Band International Production, es decir la productora de su padre, el también director de cine Albert Band. Una película filmada en 3-D, como varias producciones de aquellos años.

Una cinta de trama sencilla dentro del género de la ciencia ficción, pero que visualmente le debe mucho a dos de las obras más importantes del cine fantástico de la década ochentera, como son la saga de películas "Star Wars" y la saga australiana de "Mad Max". Todo en forma muy evidente, lo cual convierte a "Metalstorm" en un producto de agradable entretenimiento para quienes gustamos de este género. Charles Band logra recrear en forma sencilla el ambiente adecuado para esta historia, sin problema alguno, pues lo que aquí vemos es practicamente una historia de guerreros post apocalipticos metidos en un planeta que luce como el mundo de Tatooine, por decirlo en forma sencilla. La trama incluye a un protagonista que es un "buscador", quien persigue a un villano con ansias de adueñarse de todo el planeta gracias a un objeto poderoso y mágico. En su camino, el héroe encuentra aliados en su lucha y enfrenta varios peligros. Y poco hay más que decir. Los personajes no tienen mayor complejidad, si bien es cierto el héroe Dogen es un personaje con cierto sentido del honor y que siempre muestra una actitud muy austera. Los diálogos son sencillos, la trama se desarrolla en modo ameno, si bien es cierto hay situaciones mal resueltas, pero que son perdonables, o te diviertes con ello. La accion es efectiva, en vista de sus pocos medios, con efectos visuales resultones en algunos momentos, y otros no tanto, y un diseño de vestuarios bien logrados, dentro de reducidos escenarios. En general, la cinta cumple su cometido de entretener al público, en su ajustado metraje. Lo más criticable resulta ser su final anticlimax: supongo que la intencion era dar continuidad para una segunda entrega, pero esto no ocurrio. A eso se añade lo mal que lucen los efectos visuales empleados, lo cual afecta la experiencia final.

Los actores cumplen su cometido sin mayor dificultad ni complicaciones, con el protagonismo de Jeffrey Byron, un actor de larga trayectoria, aunque en su mayor parte dentro de pequeños papeles, sin embargo, se mantiene activo a la fecha, y ha sido visto hace unos años en una serie de peliculas para la television sobre "Resonator" tambien producidas por Charles Band.

Dentro del elenco de esta pelicula encontramos otros rostros reconocibles, unos más que otros, como es el caso de la bella actriz Kelly Preston, reconocida figura de varias producciones de Hollywood durante los años noventa y a inicios de este siglo, quien justamente en estos años empezaba su carrera con titulos bastante llamativos dentro del cine juvenil y la serie B. Años despues, estuvo casada con el actor John Travolta, y juntos fueron una de las parejas más glamorosas del cine norteamericano. Lamentablemente, la actriz nos dejó en el año 2020.

El resto del reparto incluye al gran actor Tim Thomerson, sin duda el mejor del elenco, quien da mayor dinamismo a la pelicula desde el momento en que aparece. Aqui se daba inicio a la colaboracion entre este actor y el director Charles Band, y eso tuvo cuerda para rato con muchas más peliculas.

Otro de los actores que destacan es el señor Richard Moll, de gran presencia, y quien tambien cuenta con una larga trayectoria en distintas producciones desde la television hasta el cine de primer nivel, siempre en roles secundarios, aunque se trata de un actor muy competente que en "Metalstorm" otorga dignidad a su caracterizacion de un alienigena de extraño rostro, pero muy honorable. El señor Moll falleció en el año 2023.

El villano de la funcion está a cargo del actor Michael Preston, quien un año antes fue visto en la gran  pelicula que es "Mad Max Road Warrior", y que aqui vuelve a enfundarse en ropas extrañas en medio del desierto.

Sin ser una gran pelicula, "Metalstorm, la destrucción de Jared Syn" es una obra de buen entretenimiento, con mucho entusiasmo, pero recomendable solo para degustadores del cine de serie B ochentero, capaces de perdonar las deficiencias propias del bajo presupuesto, los guiones apresurados y los efectos visuales chirriantes. 




lunes, abril 21, 2025

El banquero es el cazador - The Banker (1989)



En la ciudad de Los Ángeles ocurren una serie de asesinatos rituales cuyas víctimas son mujeres dedicadas al servicio de damas de compañía de alto nivel. Sin que nadie lo sospeche, el asesino es uno de los más importantes ejecutivos bancarios de la ciudad, a quien el poder financiero no le place lo suficiente: por las noches, emprende una cacería humana donde consolida su poder como heredero de una mística siniestra, proveniente de antiguos ritos tribales. El policía encargado de la investigación va tras la pista del misterioso asesino, pero en este camino su expareja, una destacada reportera de televisión, se ve involucrada al caer bajo el acecho del peligroso asesino.

Aqui tenemos lo que podríamos llamar un "recuerdo desbloqueado". A principios de los años 90 asistí a una vieja sala de cine en el centro de la ciudad, la cual hoy en día no existe y en su lugar es un templo de oración. Recuerdo muy claramente que, tras pagar mi entrada en la taquilla, me dispuse a recorrer su viejo pasillo adornado con sendos carteles cinematográficos de las películas en cartelera y de los próximos estrenos. Esto es algo habitual en las visitas realizadas a los cines, incluso actualmente, pero la experiencia en aquellos años era muy diferente a lo que es hoy en día. Primero, que los corredores eran pasillos alfombrados como viejos teatros, a diferencia de los actuales complejos comerciales, y segundo, que los carteles de las películas eran obras artísticas por sí mismas, un trabajo de publicistas muy cuidadoso pues tomaba la obra de un artista que ha sido diseñada para tal fin publicitario. De ahí que a día de hoy podemos gozar no solo de grandes clásicos de la historia del cine, sino también de sus bellos e impresionantes carteles. No sé qué tan memorables resulten los carteles que se realizan hoy en día. Quizás estoy siendo injusto y debería revisar esto en una próxima oportunidad.

Como iba contando, y volviendo a aquel viejo día en los años noventa, mientras revisaba los carteles en exposición, hubo uno en especial que llamó mi atención. No es de los mejores carteles que se hayan realizado, ni es especialmente recordado. Sin embargo, me resultó singularmente siniestro en cuanto a la idea que expone. Y si, se trata del cartel que encabeza este post.

La película en cuestión es "The banker", dirigida por William Webb, un realizador cuya filmografía ha tenido difusión limitada, casi toda desarrollada durante los años ochenta, por lo general sobre historias de drama y suspenso, y en producciones de bajo presupuesto. El guion corresponde a Dana Augustine, Richard Brandes y al propio director.

El director Webb realiza una modesta película de suspenso de narración directa y convencional, que logra ser atractiva en cuanto a estética, y esto con muy pocos elementos. La historia revela al asesino desde el primer momento, pero mantiene los suficientes giros y recorridos que logran la atención de aquel espectador que busca una película de suspenso que cumpla con entretener. Mantiene un tono adulto en cuanto a los temas tratados, que incluye alguna mínima dosis de erotismo, pues su interés está en el suspenso y en la violencia. Lo más interesante es la historia que plantea, pues no es otra que la intriga del villano cazador y asesino cuyo modelo mayor es ese gran clásico del año 1932 de título "El malvado Zaroff", trasladando el retorcido accionar de un hombre con instinto de cazador a una ciudad moderna como lo es la ciudad de Los Ángeles, donde el lujo y la corrupción conviven de manera singular, algo que la película muestra con ciertos retazos. Los mejores momentos transcurren durante las noches, con el recorrido de los investigadores en aquellos lugares donde la corrupción se oculta. Asimismo, es durante la noche cuando el hombre de negocios deja su elegancia y se convierte en ejecutor implacable de sus víctimas elegidas, ataviado como el nativo de alguna vieja tribu, esto en espacios reducidos sin despliegue de mayores escenarios. 

El asesino en serie está interpretado correctamente por Duncan Regehr, un actor cuya presencia destaca en pantalla por su porte y gran tamaño, pero sobre todo por esa expresión distinguida y siniestra al mismo tiempo. Algo habitual en su filmografía pues hay que recordar que fue nada menos que el Conde Drácula del film "The Monster Squad", una cinta de la cual hay mucho que decir por ser una de las películas de culto más recordadas de la década ochentera, y su interpretación del conde vampiro es una de las más celebradas. Asimismo, el Imdb me ha recordado que este actor es nada menos que el gladiador Lydon de la miniserie de 1984 "Los últimos días de Pompeya", y probablemente el personaje más recordado de esta producción para la televisión. Volviendo a "The banker" en este film el actor cumple su rol como el peligroso asesino serial oculto tras su apariencia de elegante financiero, resultando intimidante cuando debe serlo, en su rol de cazador nocturno, frio e implacable.

Por su parte, el policía dispuesto a detener a este peligroso criminal está a cargo del gran Robert Forster, actor de larga y reconocida trayectoria, siempre solvente en sus interpretaciones, lo que incluye su trabajo en los impresionantes titulos de serie B como "Alligator", el muy superior drama de violencia urbana "Vigilante", el clásico "Fuerza Delta", y otras obras dignas de verse solo por descubrir su presencia en pantalla. Fue en los años noventa cuando Quentin Tarantino le da uno de los roles protagónicos en su gran obra "Jackie Brown", por lo cual obtiene la nominación al premio Oscar como mejor actor secundario. A partir de esto, y convencidos de su solvencia actoral, los estudios de Hollywood lo incluyen como secundario de lujo en numerosas producciones, donde participó hasta sus últimos años. Su trabajo abarca la televisión, formando parte de dos series emblemáticas, como son "Twin Peaks" y "Breaking Bad". El señor Forster dejó este escenario que llamamos vida en el año 2019, dejando una filmografía impecable. Respecto a "The banker", Robert Forster entrega una actuación correcta y convincente en virtud de su notable experiencia frente a la pantalla, demostrando que no hay papel pequeño ni pequeña producción para un gran actor.

El resto del elenco cumple su cometido, lo que incluye a los actores Richard Roundtree, Jeff Conaway y Leif Garrett, y la actriz Shanna Reed, entre otros nombres. Una crítica que se ha hecho a la cinta es el desaprovechamiento que hay de un actor como Richard Roundtree, el mítico "Shaft", pero es que tanto él como Leif Garrett, otrora cantante pop de los años setenta, fueron habituales en la filmografía del director Webb, y en esta cinta sus personajes no muestran mayor desarrollo. Es destacable la participación de Jeff Conaway, ya que su personaje es más interesante al ser un playboy corrupto e involucrado de manera peligrosa en el accionar del asesino en serie.

De este modo, borro de mi lista de películas pendientes de ver a "The banker", luego de treinta y cinco años. O quizás fueron menos porque bien pudo haber llegado a salas uno o más años después, algo habitual en aquellos días. De todos modos, valió la pena la espera, pues se trata de una película discreta, sin mayores sorpresas en este tipo de relatos, pero que entretiene dentro de sus limitaciones. Se dice que Robert Forster llegó a contar que Tarantino le confesó ser admirador de esta película por aquellos días cuando cumplía el rol de empleado de videoclub. Buen detalle.






jueves, abril 03, 2025

Fair Game (1986)


 Una joven mujer vive sola en un lugar apartado en el llamado Outback de Australia, manteniendo un hábitat sostenible a modo de reserva natural, con espacio para distintas especies animales de la región. El poblado más cercano apenas tiene algunos habitantes, y la autoridad se muestra incompetente. Hasta este remoto lugar llega una banda de tres forajidos. Ella se cruza con sus vehículos en la carretera, dando inicio a un acoso incesante que la alcanza hasta los límites de su propiedad. Con el transcurrir de los días, los ataques llegan a niveles de violencia extrema, con agresión física y la destrucción de todo su entorno. Abandonada y en desamparo, pero en el extremo de la ira, nuestra protagonista decide llevar a cabo su venganza de forma implacable.

Para el año 1986 el cine de acción ya había conocido el éxito de un nuevo tipo de relato. Desde Australia, el director George Miller conquistó el mundo con su saga de películas más famosa y emblemática del llamado cine postapocaliptico, es decir la saga "Mad Max". El paisaje australiano ya era conocido por el cinéfilo empedernido en toda su aridez e inclemencia, con todas las posibilidades que ello configura para la acción y violencia más descarnada. Conocedor de esto, pero sin entrar plenamente dentro de este subgenero donde Miller es sin duda el mejor, el director de cine australiano Mario Andreacchio, de larga carrera televisiva, toma el guion del escritor Rob George y dirige la versión fílmica de esta sencilla historia de supervivencia, nutrida de acción imparable.

No hay mucho que comentar sobre la historia, ya que es un relato de formula con la estructura del subgenero conocido como "rape and revenge", pero sin llegar a ese nivel de violencia, ni en términos visuales ni en el relato, aunque la película si incluye dos destapes de la protagonista, lo que le dio la calificación "R" en su estreno. Se trata de un film dotado de elementos visuales arrolladores, propios del cine de acción ochentero, y mejor aprovechados con el fantástico paisaje que bien sabe ofrecer el cine de acción australiano. No hay mayor trabajo argumental cuando se tiene una protagonista y tres enemigos despreciables, involucrados en situaciones donde cada decisión tomada puede ser más disparatada que la anterior, pero, eso sí, sin dar respiro al espectador en su metraje de poco menos de hora y media de duración.

Entretenimiento bizarro, si se comprende la sencillez argumental de la propuesta que no aprueba una evaluación exigente. Sólo el personaje protagonista, la joven y sufrida naturalista, mantiene una dignidad que nos puede importar de principio a fin, principalmente por el trabajo de la actriz Cassandra Delaney, un bello rostro que tuvo una corta trayectoria con escasos títulos, siendo el último de ellos el film de acción "Huracán Smith", del año 1992, acompañando en sus aventuras al actor Carl Weathers. Su personaje es Jessica, una mujer dedicada a la preservación de la naturaleza en aquel lugar remoto, con habilidad para la atención y cuidado de los distintos animales que se encuentran a su cargo, resultando muy destacable la empatía que demuestra con cada uno de ellos. Por su parte, el elenco masculino que conforma la banda de delincuentes cumple su rol caricaturesco: como villanos de turno despreciables, algo habitual en los filmes de venganza que nutren los catálogos de serie B.

De todos modos, el punto más destacable de "Fair game", me atrevo a decir, se encuentra en la eficaz dirección del señor Andreacchio, narrando esta historia lo mejor posible, colocando bien su cámara y filmando las secuencias de acción muy acertadamente, y aprovechando el paisaje a su disposición en forma satisfactoria, todo ello con una cinematografía bastante competente. A quienes nos encanta las propuestas fílmicas de directores como Russell Mulcahy, Brian Trenchard-Smith, o del mismo George Miller, salvando las distancias, estamos aquí con una obra que visualmente resulta digna, como aventura de evasión sin mayores pretensiones.

 Una película que sin duda se muestra deudora de distintas obras de los directores citados, que no aporta mayor narrativa en su relato donde los diálogos son escasos, pero que cumple eficazmente en su cometido. Quentin Tarantino ha declarado ser muy admirador de esta película, y se nota a gritos el homenaje que pretende hacerle en su film "Death proof", con sus secuencias de acción en la carretera. Aunque el resultado, en mi opinión, no supera el nivel de tensión, ni la intensidad que se logra en esta pequeña cinta, olvidada por muchos, pero recuperada por ese sector de fanáticos del llamado cine de culto.




jueves, marzo 20, 2025

Superman IV: en busca de la paz (1987)

 


Apenas faltan algunos meses para la llegada de la nueva película del último Hijo de Kripton, es decir Kal-El, conocido por todos como Superman. La trayectoria del primer superhéroe de los comics, ojo con eso, se ha convertido en fiel reflejo de la historia de la cultura popular norteamericana, o ya puestos, de la cultura popular occidental, por lo menos desde 1938, fecha de la primera publicación de sus aventuras. Cada etapa de su iconografía es representativa de los tiempos que corren, de los distintos estilos artísticos predominantes para el consumo masivo, o de las visiones que alimentan la fantasía en cada especial momento. Esto para bien o para mal, porque, como veremos, los defectos y virtudes de la sociedad siempre han afectado al héroe, quien ha sabido adaptarse a los tiempos que corren con toda su grandeza.

En vista de la enorme popularidad del personaje, las aventuras de Superman no tardaron en dar el salto de las páginas de sus series publicadas hacia otros medios de comunicación, como la radio, la televisión y, por supuesto, el cine, "ese invento del demonio", como sentenció el poeta Antonio Machado. No obstante, cada representación del superhéroe logró captar el entusiasmo del público, elevando su popularidad a nivel mundial como pocos personajes de la imaginación han logrado. De esta manera, durante la segunda mitad del siglo veinte, Superman se consolida en la imaginación colectiva como el hombre ideal, noble e invencible del "American Way of Life", el justiciero que necesitamos ante tanta maldad, y, del mismo modo, el pacificador que hará de este mundo un lugar mejor.

Cuando Superman llega a Hollywood el éxito fue inevitable. Y nos referimos al Hollywood ya transformado por la generación de realizadores como Steven Spielberg, Brian de Palma, George Lucas o Francis Ford Copolla. El cine que en los años 70 había encontrado una madurez de autor, la cual podía verse en muchas de sus obras, y también un entusiasmo por el gran espectáculo como nunca se había visto. Es casi a finales de esta década cuando el Hombre de Acero emprende el vuelo en una superproducción de los estudios Warner Bros., con los productores Alexander e Ilya Salkind quienes se encargaron de contar con la mayor calidad visual y con todos los recursos disponibles en aquellos años, así como dejar el mando de la película a uno de los directores más brillantes y sólidos de la historia del cine norteamericano, otra figura de esta década prodigiosa como lo es el señor Richard Donner. La gran aventura que significó la saga de películas de Superman iniciada en 1978 se debe en gran medida a este director, encargado de la exitosa primera entrega y en gran parte de la inevitable secuela del año 1982, superior aun a su predecesora como espectáculo de calidad, en mi opinión. Pero, el éxito no estaría completo, y quizás no hubiese alcanzado la transcendencia que obtuvo, sin la presencia de su estrella protagonista: el gran actor norteamericano Christopher Reeve. Para muchos, el definitivo Clark Kent/Superman.

Llegado el año 1983, la tercera entrega llega a los cines, porque hasta ese momento el exito era incuestionable. Sin embargo, una vez que el director Richard Donner deja el mando al veterano realizador Richard Lester, la nueva película titulada "Superman 3" empieza a mostrar un desgaste en su fórmula. Los productores Salkind continúan al frente, pero la línea argumental se ve debilitada al no encontrar el rumbo fijo a seguir entre el drama, la aventura y la comedia, mientras que el elenco original se reduce a su mínima expresión, es decir Clark Kent y su alter ego, bajo la excusa del cambio de escenario por la vuelta al pueblo de la infancia. Los nuevos personajes resultan olvidables, como lo es el que encarna el actor Richard Pryor, especialista en comedias y exitoso en aquellos años, pero que no encuentra lugar en una aventura superheroica. Poca relevancia en el equipo de villanos, a pesar de la interesante premisa respecto del dominio de la tecnología en nuestras vidas y la amenaza que puede surgir de ello cuando cae en manos de magnates con ansia de poder, tema siempre vigente. Resulta anecdótica la intervención de Lana Lang, interpretada por la encantadora actriz Annette O´Toole. De todos modos, la película no es un desastre, puede resultar entretenida, y presenta un nivel de producción de primer orden, con secuencias como una pelea entre Superman contra Clark Kent, probablemente el más interesante momento de desarrollo dramático, filmado prodigiosamente con un buen trabajo visual; las persecuciones aéreas dignas de video-juego; y un villano final cuya presencia ya nos anticipaba los engendros mecánicos de "Terminator". Y paro de contar.

Así llegamos al año 1987, cuando la producción de una nueva entrega llega a manos de The Cannon Group Inc, de propiedad de los primos hermanos Menahem Golam y Yoram Globus, señalados por muchos como realizadores de serie B, pero a ellos se deben muchas películas de marcado interés cinéfilo, pese a quien le pese. Particularmente, valoro mucho que a dia de hoy mantenga como inolvidables aquellas tardes en las cuales asistí a los cines a ver "Halcón" ("Over the top"), "Fuerza Siniestra" ("Lifeforce") y "He-Man y los Amos del Universo" ("He-Man and the Masters of the Universe"). La historia de la Cannon está dentro de lo más fascinante que se puede encontrar cuando se repasa el cine de los años ochenta. Pero, también hay que recordar que su volumen de títulos fallidos es enorme, y las dificultades que enfrentaron los llevó a escatimar esfuerzos dentro de lo que se conoce como la Serie B, y el bajo presupuesto.

A estas alturas de la vida ya es historia conocida la manera en la cual Superman aterrizó en la productora más diversificada del cine en aquellos años. En resumidas cuentas, Christopher Reeve consiguió con la Cannon la realización de la pelicula "Reportero de la calle 42" ("Street smart"), un notable drama magníficamente interpretado por su elenco de actores que incluyen a Reeve, a Morgan Freeman, Kathy Baker, entre otros, dirigido por Jerry Schatzberg, a cambio de participar en la cuarta entrega de las aventuras del Hombre de Acero.

El elenco principal de la saga, que incluye a Margot Kidder, a mi modo de ver la mejor Lois Lane hasta la fecha, Marc McClure, Gary Cooper y, por supuesto, a Gene Hackman como el villano Lex Luthor, vuelve a participar en una nueva historia propuesta por Christopher Reeve, donde Superman ponía punto final a la carrera armamentista mundial, y cumplía así de una vez por todas su misión pacificadora.

La dirección corre a cargo del realizador Sidney J. Furie, veterano profesional con una larga trayectoria donde se destacan peliculas como "El ente" (The entity"), quizás su mejor película, "Ipcress, archivo confidencial" ("Ipcress file"), cinta sobre espionaje con un inolvidable Michael Caine, y que un año antes llamó la atención al dirigir "Águila de acero" ("Iron eagle"), obra hermana en cuanto a temática de la superproducción que fue "Top Gun", del director Tony Scott, y ambas estrenadas en los cines con pocos meses de diferencia. "Top Gun" fue un éxito apabullante, y su secuela llegó 36 años después. Sin embargo, "Águila de acero" siendo un éxito menor tuvo hasta tres secuelas que se estrenaron casi de inmediato, hasta 1995, si bien es cierto, me resulta una película con una historia demasiado ingenua y de sencillo desarrollo. Es decir, Sidney J Furie es un director cuya carrera empezó a fines de los años 50, y que en la segunda mitad de la década del ochenta se mantuvo en actividad ya en base a producciones de bajo presupuesto.

"Superman IV" cuenta la historia del esfuerzo definitivo que realiza el héroe en nuestro mundo, como hijo adoptivo. Superman reflexiona, tras leer la carta de un niño, que su lucha contra el mal no tendrá fin hasta lograr un acuerdo con todos los lideres del mundo para que depongan los conflictos y la carrera armamentista. Se plantea una situación propia de la ciencia ficción como es la intervención en el destino del mundo por parte de una inteligencia superior, clásico tema desarrollado por grandes escritores de la ciencia ficción. Y de este modo la película aborda la preocupación por la llamada "Guerra Fría" que rondaba en el imaginario colectivo de aquellos años por la rivalidad existente entre los países de Estados Unidos y la Unión Soviética, que culminó en 1991 con la disolución de ésta última. Antes de que esto ocurra, la temática fue constante en el cine norteamericano en producciones de acción. drama o catástrofe. Sin embargo, en "Superman IV" no hay un mayor desarrollo de los acontecimientos, es decir no hay mayor énfasis en el dilema que supondría para la raza humana el intervencionismo del héroe ni en el accionar de los gobiernos. La decisión de Superman es aceptada de buena manera por la ONU y aplaudida por todos. Quien se encarga de poner trabas a la situación es Lex Luthor, interpretado por Gene Hackman, quien parece pasarla bien en cada escena suya, cuando fuga de la cárcel ayudado por su sobrino, papel a cargo del actor Jon Cryer, y logra ser financiado por un grupo de dictadores corruptos, como única oposición política al asunto, para llevar a cabo un experimento secreto que espera poner fin al Hombre de Acero. Todo esto se desarrolla en sencilla clave de comedia.

La trama plantea otros escenarios, como son la introducción de un conflicto en torno al Daily Planet, lo que trae a dos nuevos dueños del periódico: el magnate David Warfield, a cargo del actor Sam Wanamaker, y su hija Lacey, una nueva ejecutiva que toma relevancia en la comedia de situaciones entre Lois Lane y Clark Kent/Superman, y esta encarnada por la gran actriz Mariel Hemingway. De hecho, la presencia de esta actriz es de lo mejor de la película, pues renueva en buena forma el elenco habitual. Por su parte, Margot Kidder está correcta en su rol, el cual ya conoce demasiado bien y cumple el trámite, y lo mismo el resto del conocido elenco. Pero quien destaca muy dignamente en este difícil compromiso es el gran Christopher Reeve, pues se echa la película sobre los hombros, libra esta batalla y sale airoso en cuanto a su imagen y a las buenas intenciones de su relato.

Sin embargo, "Superman IV" es recordada como la peor película de esta serie dedicada al Hombre de Acero, lo cual no puede atribuirse al trabajo actoral, que hace lo que puede, sino a una dirección discreta y enmarcada en los límites de la Cannon Films, con un guion que va entre la aventura y la comedia muy naif, y una producción que luce una escandalosa falta de recursos; la saga pierde el estatus de superproducción que corresponde a las tres primeras entregas, brillantes y de primer nivel. La trama supuestamente deviene en amenaza global, y lleva a Superman hacia una lucha alrededor del mundo con su rival de turno, y de aquí hasta La Luna. Pero los escenarios son escasos y reducidos, muy notorias las piedras de cartón y ese tipo de decorados, y con un trabajo de efectos visuales digno de los años 50, con todo respeto a esos años. Incluso el vuelo de Superman pierde el brillo y la elegancia habitual en toda lo visto en anteriores entregas. Asimismo, el villano de la función presentado como "El Hombre Nuclear" es un personaje de dos trazos y casi sin diálogos, porque lo suyo es la lucha sin parar con torpe coreografía. Está a cargo del actor Mark Pillow, quien físicamente da la talla como oponente de Superman, aunque resulta un personaje bastante plano, pero es que así está escrito. El personaje ha sido incorporado hace poco al universo DC en los comics escritos por el autor Brian Michael Bendis, y, por su parte, el actor dejó esta carrera y se dedicó a los negocios, pero guarda gratos recuerdos de esta experiencia.

La película sigue siendo un espectáculo para todo público, pero resiente en su débil puesta en escena y su poca esforzada producción, con un guion que resuelve muchas de sus situaciones de manera precipitada, siendo lo único destacable el buen desempeño de su elenco de actores, que se lleva a cabo de manera entusiasmada. Hay toda una historia contada por el propio Christopher Reeve en su libro respecto de los problemas enfrentados en la realización de esta obra. Desafortunada despedida que se realizó a su gran caracterización, pero es que a veces la vida es así, pero eso no quita la grandeza de este actor y su legado para la posteridad, como imagen incontestable del superhéroe de nuestros ideales.