lunes, octubre 01, 2007

El día que paralizaron La Tierra (1951)



Pues se sabe que muchas peliculas de la vieja ciencia ficción han quedado en el injusto olvido. Pero existen algunas excepciones, como ésta cinta que ha sabido consagrarse como un reconocido clásico indiscutible del género. No es para menos, pues su realización estuvo a cargo del gran Robert Wise, un estupendo director de cine norteamericano que pasó por varios géneros de manera exitosa, durante muchos años. Ahí están, en el terror "The haunted", en el musical "The sound of music", en el cine negro "The set up", en el drama "Las ratas del desierto", y sólo por mencionar algunos trabajos de su extensa filmografía.
 
El director Wise supo llevar a cabo una producción en la cual combina adecuadamente los maravillosos elementos de la ciencia ficción, al más puro estilo pulp, con una portentosa nave espacial, un ser del espacio envuelto en un brillante uniforme y su robot sirviente, un ser metálico imponente y poderoso. Todo ello forma parte de la puesta en escena, conjuntamente con otros momentos en los cuales el drama y el suspenso recuerdan mucho a lo mejor del cine negro, no sólo en su estética, con una maravillosa fotografía en blanco y negro de Leo Tover, donde predominan los momentos nocturnos y los juegos de luz y sombra intensos, sino tambien en el argumento, donde el protagonista Klaatu se convierte en un personaje marginal, que busca integrarse dentro de un pequeño grupo de personas mientras que una amenaza se cierne sobre él. Y en medio de ello, una presencia femenina que resulta muy significativa. De hecho, la bella Helen, papel a cargo de la actriz Patricia Neal, resulta ser la heroina de la historia.

Y es que "El dia que paralizaron la Tierra" es un buen relato, cuya procedencia del magazin "Astounding stories", sobre un relato escrito por Harry Bates, "Farewell to the master", convertido en un estupendo guión por el propio Bates y Edmund H. North, nos muestra la forma en que aquellos que detentan el poder y el control de nuestras vidas se convierten en la amenaza de dos seres totalmente incomprendidos, un visitante de las estrellas que viene con un mensaje de paz y un llamado de atención a nuestros impulsos destructivos, teniendo en cuenta el reciente final de la Segunda Guerra Mundial, y una bella joven, que representa la bondad y los nobles sentimientos que aun podemos encontrar en nosotros mismos.

Es con el pequeño grupo de personas de buenos sentimientos, con las cuales Klaatu logra ponerse en contacto bajo la apariencia de un sujeto cualquiera, es donde reconoce el valor de la vida humana, y lo que constituye nuestra esperanza.
Wise no descuida el aspecto fantástico, presente en toda la cinta, tanto en forma implícita en el recorrido del visitante y su conocimiento acerca de los terricolas, como en aquellos momentos en los que la nave espacial aterriza espectacularmente, y que se mantiene bajo constante vigilancia militar, y sobretodo, en aquel personaje entrañable que resulta ser el robot Gort, destacando el magistral momento de su encuentro con Helen y su incursión al interior de la nave.

El actor Michael Rennie resulta inolvidable en su papel de Klaatu, quien encuentra un mundo poco comprensible, y que, como un moderno Mesías, nos da una lección con su sacrificio y su mensaje de gran contenido, en aquellos años de paranoia armamentista a cargo de dos grandes potencias en plena carrera por el poder mundial, y que visto ahora no deja de tener vigencia, después de tanto tiempo transcurrido. Klaatu volvería a sentirse muy indignado, sin duda.

Bueno, queda asi expresada mi admiración por ésta obra. Una gran pelicula.


1 comentario:

BUDOKAN dijo...

Muy buena crítica sobre un film que cambió un poco la valorización del género porque se lo consideró como algo serio. Tuve la suerte de verlo en una cinemateca en 16mm. Nunca olvidaré ese día. Saludos!