lunes, abril 21, 2025

El banquero es el cazador - The Banker (1989)

En la ciudad de Los Ángeles ocurren una serie de asesinatos rituales cuyas víctimas son mujeres dedicadas al servicio de damas de compañía de alto nivel. Sin que nadie lo sospeche, el asesino es uno de los más importantes ejecutivos bancarios de la ciudad, a quien el poder financiero no le place lo suficiente: por las noches, emprende una cacería humana donde consolida su poder como heredero de una mística siniestra, proveniente de antiguos ritos tribales. El policía encargado de la investigación va tras la pista del misterioso asesino, pero en este camino su expareja, una destacada reportera de televisión, se ve involucrada al caer bajo el acecho del peligroso asesino.

Aqui tenemos lo que podríamos llamar un "recuerdo desbloqueado". A principios de los años 90 asistí a una vieja sala de cine en el centro de la ciudad, la cual hoy en día no existe y en su lugar es un templo de oración. Recuerdo muy claramente que, tras pagar mi entrada en la taquilla, me dispuse a recorrer su viejo pasillo adornado con sendos carteles cinematográficos de las películas en cartelera y de los próximos estrenos. Esto es algo habitual en las visitas realizadas a los cines, incluso actualmente, pero la experiencia en aquellos años era muy diferente a lo que es hoy en día. Primero, que los corredores eran pasillos alfombrados como viejos teatros, a diferencia de los actuales complejos comerciales, y segundo, que los carteles de las películas eran obras artísticas por sí mismas, un trabajo de publicistas muy cuidadoso pues tomaba la obra de un artista que ha sido diseñada para tal fin publicitario. De ahí que a día de hoy podemos gozar no solo de grandes clásicos de la historia del cine, sino también de sus bellos e impresionantes carteles. No sé qué tan memorables resulten los carteles que se realizan hoy en día. Quizás estoy siendo injusto y debería revisar esto en una próxima oportunidad.

Como iba contando, y volviendo a aquel viejo día en los años noventa, mientras revisaba los carteles en exposición, hubo uno en especial que llamó mi atención. No es de los mejores carteles que se hayan realizado, ni es especialmente recordado. Sin embargo, me resultó singularmente siniestro en cuanto a la idea que expone. Y si, se trata del cartel que encabeza este post.

La película en cuestión es "The banker", dirigida por William Webb, un realizador cuya filmografía ha tenido difusión limitada, casi toda desarrollada durante los años ochenta, por lo general sobre historias de drama y suspenso, y en producciones de bajo presupuesto. El guion corresponde a Dana Augustine, Richard Brandes y al propio director.

El director Webb realiza una modesta película de suspenso de narración directa y convencional, que logra ser atractiva en cuanto a estética, y esto con muy pocos elementos. La historia revela al asesino desde el primer momento, pero mantiene los suficientes giros y recorridos que logran la atención de aquel espectador que busca una película de suspenso que cumpla con entretener. Mantiene un tono adulto en cuanto a los temas tratados, que incluye alguna mínima dosis de erotismo, pues su interés está en el suspenso y en la violencia. Lo más interesante es la historia que plantea, pues no es otra que la intriga del villano cazador y asesino cuyo modelo mayor es ese gran clásico del año 1932 de título "El malvado Zaroff", trasladando el retorcido accionar de un hombre con instinto de cazador a una ciudad moderna como lo es la ciudad de Los Ángeles, donde el lujo y la corrupción conviven de manera singular, algo que la película muestra con ciertos retazos. Los mejores momentos transcurren durante las noches, con el recorrido de los investigadores en aquellos lugares donde la corrupción se oculta. Asimismo, es durante la noche cuando el hombre de negocios deja su elegancia y se convierte en ejecutor implacable de sus víctimas elegidas, ataviado como el nativo de alguna vieja tribu, esto en espacios reducidos sin despliegue de mayores escenarios. 

El asesino en serie está interpretado correctamente por Duncan Regehr, un actor cuya presencia destaca en pantalla por su porte y gran tamaño, pero sobre todo por esa expresión distinguida y siniestra al mismo tiempo. Algo habitual en su filmografía pues hay que recordar que fue nada menos que el Conde Drácula del film "The Monster Squad", una cinta de la cual hay mucho que decir por ser una de las películas de culto más recordadas de la década ochentera, y su interpretación del conde vampiro es una de las más celebradas. Asimismo, el Imdb me ha recordado que este actor es nada menos que el gladiador Lydon de la miniserie de 1984 "Los últimos días de Pompeya", y probablemente el personaje más recordado de esta producción para la televisión. Volviendo a "The banker" en este film el actor cumple su rol como el peligroso asesino serial oculto tras su apariencia de elegante financiero, resultando intimidante cuando debe serlo, en su rol de cazador nocturno, frio e implacable.

Por su parte, el policía dispuesto a detener a este peligroso criminal está a cargo del gran Robert Forster, actor de larga y reconocida trayectoria, siempre solvente en sus interpretaciones, lo que incluye su trabajo en los impresionantes titulos de serie B como "Alligator", el muy superior drama de violencia urbana "Vigilante", el clásico "Fuerza Delta", y otras obras dignas de verse solo por descubrir su presencia en pantalla. Fue en los años noventa cuando Quentin Tarantino le da uno de los roles protagónicos en su gran obra "Jackie Brown", por lo cual obtiene la nominación al premio Oscar como mejor actor secundario. A partir de esto, y convencidos de su solvencia actoral, los estudios de Hollywood lo incluyen como secundario de lujo en numerosas producciones, donde participó hasta sus últimos años. Su trabajo abarca la televisión, formando parte de dos series emblemáticas, como son "Twin Peaks" y "Breaking Bad". El señor Forster dejó este escenario que llamamos vida en el año 2019, dejando una filmografía impecable. Respecto a "The banker", Robert Forster entrega una actuación correcta y convincente en virtud de su notable experiencia frente a la pantalla, demostrando que no hay papel pequeño ni pequeña producción para un gran actor.

El resto del elenco cumple su cometido, lo que incluye a los actores Richard Roundtree, Jeff Conaway y Leif Garrett, y la actriz Shanna Reed, entre otros nombres. Una crítica que se ha hecho a la cinta es el desaprovechamiento que hay de un actor como Richard Roundtree, el mítico "Shaft", pero es que tanto él como Leif Garrett, otrora cantante pop de los años setenta, fueron habituales en la filmografía del director Webb, y en esta cinta sus personajes no muestran mayor desarrollo. Es destacable la participación de Jeff Conaway, ya que su personaje es más interesante al ser un playboy corrupto e involucrado de manera peligrosa en el accionar del asesino en serie.

De este modo, borro de mi lista de películas pendientes de ver a "The banker", luego de treinta y cinco años. O quizás fueron menos porque bien pudo haber llegado a salas uno o más años después, algo habitual en aquellos días. De todos modos, valió la pena la espera, pues se trata de una película discreta, sin mayores sorpresas en este tipo de relatos, pero que entretiene dentro de sus limitaciones. Se dice que Robert Forster llegó a contar que Tarantino le confesó ser admirador de esta película por aquellos días cuando cumplía el rol de empleado de videoclub. Buen detalle.


jueves, abril 03, 2025

Fair Game (1986)

 Una joven mujer vive sola en un lugar apartado en el llamado Outback de Australia, manteniendo un hábitat sostenible a modo de reserva natural, con espacio para distintas especies animales de la región. El poblado más cercano apenas tiene algunos habitantes, y la autoridad se muestra incompetente. Hasta este remoto lugar llega una banda de tres forajidos. Ella se cruza con sus vehículos en la carretera, dando inicio a un acoso incesante que la alcanza hasta los límites de su propiedad. Con el transcurrir de los días, los ataques llegan a niveles de violencia extrema, con agresión física y la destrucción de todo su entorno. Abandonada y en desamparo, pero en el extremo de la ira, nuestra protagonista decide llevar a cabo su venganza de forma implacable.

Para el año 1986 el cine de acción ya había conocido el éxito de un nuevo tipo de relato. Desde Australia, el director George Miller conquistó el mundo con su saga de películas más famosa y emblemática del llamado cine postapocaliptico, es decir la saga "Mad Max". El paisaje australiano ya era conocido por el cinéfilo empedernido en toda su aridez e inclemencia, con todas las posibilidades que ello configura para la acción y violencia más descarnada. Conocedor de esto, pero sin entrar plenamente dentro de este subgenero donde Miller es sin duda el mejor, el director de cine australiano Mario Andreacchio, de larga carrera televisiva, toma el guion del escritor Rob George y dirige la versión fílmica de esta sencilla historia de supervivencia, nutrida de acción imparable.

No hay mucho que comentar sobre la historia, ya que es un relato de formula con la estructura del subgenero conocido como "rape and revenge", pero sin llegar a ese nivel de violencia, ni en términos visuales ni en el relato, aunque la película si incluye dos destapes de la protagonista, lo que le dio la calificación "R" en su estreno. Se trata de un film dotado de elementos visuales arrolladores, propios del cine de acción ochentero, y mejor aprovechados con el fantástico paisaje que bien sabe ofrecer el cine de acción australiano. No hay mayor trabajo argumental cuando se tiene una protagonista y tres enemigos despreciables, involucrados en situaciones donde cada decisión tomada puede ser más disparatada que la anterior, pero, eso sí, sin dar respiro al espectador en su metraje de poco menos de hora y media de duración.

Entretenimiento bizarro, si se comprende la sencillez argumental de la propuesta que no aprueba una evaluación exigente. Sólo el personaje protagonista, la joven y sufrida naturalista, mantiene una dignidad que nos puede importar de principio a fin, principalmente por el trabajo de la actriz Cassandra Delaney, un bello rostro que tuvo una corta trayectoria con escasos títulos, siendo el último de ellos el film de acción "Huracán Smith", del año 1992, acompañando en sus aventuras al actor Carl Weathers. Su personaje es Jessica, una mujer dedicada a la preservación de la naturaleza en aquel lugar remoto, con habilidad para la atención y cuidado de los distintos animales que se encuentran a su cargo, resultando muy destacable la empatía que demuestra con cada uno de ellos. Por su parte, el elenco masculino que conforma la banda de delincuentes cumple su rol caricaturesco: como villanos de turno despreciables, algo habitual en los filmes de venganza que nutren los catálogos de serie B.

De todos modos, el punto más destacable de "Fair game", me atrevo a decir, se encuentra en la eficaz dirección del señor Andreacchio, narrando esta historia lo mejor posible, colocando bien su cámara y filmando las secuencias de acción muy acertadamente, y aprovechando el paisaje a su disposición en forma satisfactoria, todo ello con una cinematografía bastante competente. A quienes nos encanta las propuestas fílmicas de directores como Russell Mulcahy, Brian Trenchard-Smith, o del mismo George Miller, salvando las distancias, estamos aquí con una obra que visualmente resulta digna, como aventura de evasión sin mayores pretensiones.

 Una película que sin duda se muestra deudora de distintas obras de los directores citados, que no aporta mayor narrativa en su relato donde los diálogos son escasos, pero que cumple eficazmente en su cometido. Quentin Tarantino ha declarado ser muy admirador de esta película, y se nota a gritos el homenaje que pretende hacerle en su film "Death proof", con sus secuencias de acción en la carretera. Aunque el resultado, en mi opinión, no supera el nivel de tensión, ni la intensidad que se logra en esta pequeña cinta, olvidada por muchos, pero recuperada por ese sector de fanáticos del llamado cine de culto.